Con vegetación competidora nos referimos a todo aquel material vegetal que compite con la planta de castaño por la luz, el agua y los nutrientes.
Su control y eliminación es indispensable, especialmente en los primeros 3-4 años, cuando la planta se está desarrollando y todavía no domina (mediante el sombreado) al resto de la vegetación que se encuentra en su misma superficie o terreno.
Lo ideal es tener siempre controlada a toda la vegetación competidora, pero en los casos en los que se haga difícil controlar las calles debido a la orografía o a la superficie de la parcela, debemos controlar al menos 1,5-2 metros alrededor de cada planta.
En el apartado “El tratamiento con herbicidas” aparecen reflejados todos los consejos referentes al control de la vegetación competidora por métodos químicos.
Para evitar sobrecostes y posibles daños por las labores de limpieza, podemos recurrir a sistemas preventivos. Entre ellos destaca el mulching, una técnica consistente en tapar con lonas o algún tipo de material vegetal ya inerte dicha zona de 1,5-2 metros alrededor de la planta, para así evitar la emergencia de malas hierbas.
Hay que destacar la importancia del control de la vegetación competidora y de las malas hierbas porque, al margen de competir con la planta en nutrientes, agua y luz, esta vegetación desarrolla alelopatías. Las alelopatías o sustancias químicas alelopáticas son las generadas por las plantas para que las que se desarrollan cercanas a ellas no puedan desarrollarse y finalmente mueran. Se trata, por tanto, de eliminar a la vegetación competidora para evitar que desarrollen una guerra química contra la planta de castaño.